.NOTICIAS F A H

.NOTICIAS F A H

45 ERAN BANILEJOS: Tragedia de 175 dominicanos en el vuelo 587 de AA

No Comments


Baní es la ciudad del país donde se encuentra la mayoría de las tumbas, pues 45 de los muertos eran banilejos.http://www.elnuevodiario.com.do/app/renderimage.aspx?s=17&m=0&i=791BB266-75A8-4E0E-83F4-63944915D4CA&f=32NUEVA YORK.-En ocasión de conmemorarse hoy el decimotercer aniversario de la caída del vuelo 587 de American Airlines en Beller Harbor, Queens, en la que murieron 265 personas, de ellas 175 de origen dominicano, el Consulado General de la República Dominicana recuerda con mucho pesar la tragedia aérea ocurrida a dos meses y un día del derribo de las torres gemelas de Manhattan de parte de terroristas que utilizaron aviones de vuelos comerciales.https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiB-cFEKrnZNJzE0F_pVQO2HoodEYHGAhwrYJ_buVagOhbbubMgE2cJdTIrzXEXMvdxqvUdaR5XmtwH5xWQ37wnOEWxJ2-e2UwVD0OzoeEM1t5mjrR9nTNv44EqQMZHQFvP-KSbJoLmvho/s400/405014_4336564367094_2120491985_n.jpg
"El transcurrir del tiempo no borrará de nuestros corazones los sentimientos de dolor por la muerte de nuestros connacionales en el trágico accidente aéreo y desde aquí reiteramos nuestra solidaridad con quienes sobreviven dentro y fuera de la patria a las víctimas", expresó Luis Lithgow, representante del gobierno del presidente Danilo Medina en esta ciudad.
Recordó que los dominicanos no bien habían sufrido una terrible pérdida de miembros de sus familias con los ataques del 11 de septiembre al Centro de Comercio Mundial (WTC), donde perecieron más de 2,000 personas, cuando el luto y el dolor hicieron presa de ellos nuevamente al producirse la caída del vuelo 587 a las 9:15 de la mañana del 12 de noviembre.

"Queremos en este nuevo aniversario del fatídico vuelo llevar una voz de aliento y optimismo a las familias que perdieron a sus padres, hijos, nietos, hermanos, sobrinos, primo hermanos, amigos y relacionados, y elevamos nuestras oraciones implorando a Dios para su reconformación", manifestó.
Lithgow, quien preside la Junta del Plan de Alfabetización Quisqueya Aprende Contigo/NY, dijo que los vicecónsules, funcionarios y empleados del Consulado General de la República Dominicana se solidarizan una vez más con los familiares de las 265 personas que fallecieron en la tragedia aérea.
Finalmente, Lithgow manifestó que "aunque han transcurrido 13 años, nunca será tarde para recordar a nuestros seres queridos que han partido a la otra vida, convencidos –sin embargo- de que es bastante acertada la parte de un poema de Pedro Mir escrita en el monumento diseñado por el escultor dominicano Freddy Rodríguez en honor a las víctimas en Rockaway: "Después no quiero más que paz".
En Baní hay dolor a 13 años de la tragedia
El drama humano
"Eso no puede olvidarse aunque pasen cien años", dice Isabel Brito, del barrio Santa Elena, ahora de 78 años, a quien con frecuencia se le humedecen los ojos al recordar la muerte de su hija Margot Bautista Brito, cuyo cuerpo fue rescatado calcinado entre los escombros del avión, junto al de su hijito Pablito, que apenas contaba con 8 años de edad.
"Recordaba que para la fecha su hija tendría 40 años de edad, y su nieto Pablito habría cumplido los 18", dice la madre, dejando asomar en sus ojos la tristeza. "Mira no me hables de eso, que ese día a mí jamás se me olvida", repite mientras mira las fotos de la hija y del nieto que cuelgan en un marco de la sala.
"Mi hija había pospuesto ese viaje tres veces esa misma semana por distintas razones, y el día de la tragedia mi nietecito Pablito, con apenas ocho años, le dijo: "Mami no vayas para Santo Domingo, porque yo soñé que el avión se había caído".
"Pero ella no le hizo caso", balbucea entre sollozos la anciana. "Pero cuando las cosas van a suceder son así, y se murió también Pablito como lo había soñado", se consuela la abuela a sí misma.
https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhy1XLsb2otkNRofOcB5rCaHipnFasKdrJ3JM46KxG9yhtEufYqZ353rrSshmEynvV63CNrI73EOTMHbZMo6OuZISOfNlKARAm8TWKl1DMWqulbv8Rmlyc6rBxoP-2ZJzwMR0KVJROEU9A/s320/Josefina+Pimentel+_DEP9196+%25289%2529.jpgEn el mismo barrio Santa Elena, Josefina Pimentel, a duras penas puede hablar sobre la muerte de su hermana Ramona Amparo. Eran las 11:00 de la mañana y no había salido de su habitación, porque el recuerdo de la tragedia, en este décimo aniversario, la ha enfermado nuevamente. Apenas se le oye la voz, y se niega a seguir hablando de ello, porque ni siquiera pudo reconocer el cadáver de su hermana.
La amargura de Johan
En Boca Canasta, una población cercana a la ciudad de Baní, se conmueven con la triste historia del joven Johan Peña, quien precisamente el día la tragedia celebraba sus 16 años. Su madre Guadalupe Avelino, junto a su hermana Aderlín, de 11 años, habían abordado el vuelo 587 para darle una sorpresa y celebrar con él su cumpleaños.
"Desde entonces, su cumpleaños es una fecha de amargura para nuestro nieto", revelan con dolor los abuelos de Johan, Filpo Osmel Peña y Bélgica Tejeda.
Francisco Peña, que perdió a su única hermana
https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgpvr5kfk3zjoQGZ6cRbQOp4dcuQWOL9GwTMMJq8NMvrnHzwS1_S-7SArp3X_zq1S6wCPhIuGImaxm83T_ag4Ja38f-HhIsBkR85iiEaO87a8e1sc1qVCmuyYZMoKyBwu_p1yzW-_z_kGo/s320/Francisco+Pe%25C3%25B1a+_DEP9284+%252821%2529.jpgImpotencia, espanto, dolor. Esos sentimientos todavía acongojan a quienes vieron morir a un ser querido en ese fatídico vuelo. Francisco Peña, que perdió a su única hermana, dice que será inolvidable. Juana, de 62 años, solía viajar a Baní todos los años para hacer obras de caridad. Disfrutaba cooperar con el hogar de ancianos y el de niñas huérfanas, así como con la gente de los sectores más humildes. "Pueden pasar los años que sea, no importa. Siempre vamos a recordar a Juana y a llorar por ese día", indica.

Misa de recordación
En el llamado Parquecito de los Caídos, donde fue erigido un monumento en homenaje a los fallecidos, cada año se reunen cientos de sus familiares y allegados, para participar en una misa en memoria de todas las víctimas, desde las 4:00 de la tarde.
https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhl1MwGnJjOPdxpaEQxNb-BN3psS5FyOGn6Tr3X4OU7pEmj6mHTbBkpY85_wpToYMOwuT-oqI4GY_EYFPl1aFfF4yATww4beS7khsyvPjqB6G6yK3vPTfFLLTOGsgjf_sNOqsShoHbOn60/s320/Leonida+Bello+_DEP9305+%25285%2529.jpg
Precisamente el día anterior del accidente, 11 de noviembre, en la ciudad de Baní se inician cada año las fiestas patronales de Nuestra Señora de Regla, y muchos de los banilejos que perecieron en la tragedia habían tomado el vuelo 587 de American Airlines, entusiasmados, para venir a celebrar las fiestas, pero nunca llegaron.
"La Virgen tuvo piedad de ellos, y estamos seguros que la Madre de Dios no los dejó abandonados, si venían precisamente para celebrar sus fiestas", reflexiona el padre Juan Severino.
Las festividades de Nuestra Señora de Regla no se celebraron en el año 2001 de la forma pagana en que muchos acostumbran a hacerlo, porque en la mayoría de los barrios de Baní y en muchas comunidades rurales, el luto y la tristeza se adueñó de los hogares de cientos de personas, familiares y amigos de las víctimas.
El drama humano que significó para todo aquel que perdió un ser querido en aquel conmovedor accidente, que estremeció no sólo a Nueva York y la República Dominicana, sino al resto del mundo, pervive de manera dolorosa y profunda en el seno de cada una de las familias afectadas.
Compensaciones
Luego de la tragedia, Baní se llenó de abogados criollos y otros procedentes de Estados Unidos y Puerto Rico que llegaron con la supuesta intención de ayudar a los familiares de las víctimas a "pelear" sus compensaciones.
Algunas familias dicen sentirse conformes con el trato que se les brindó, en el primer momento, pues la aerolínea se encargó de los gastos del traslado de los restos de sus parientes y del sepelio, pero hasta ahora algunas no han recibido las compensaciones que esperaban, y no saben si las recibirán después de tanto tiempo.
Doña Isabel Brito, por ejemplo, dijo que por el caso de su hija solo recibió las primeras 9 semanas una "pequeña bagatela" que no llegaba a 300 dólares, y que más nunca recibió nada. "Hay días en que me levanto y no tengo en los bolsillos ni 50 centavos", añadió.
Afirma que esa es la misma situación de muchas familias envueltas en este drama, que ella conoce porque, según dice, viajaban con ella a las reuniones que se hacían en Santo Domingo, con abogados y "gente americana", alega.
Mientras, Filpo Osmel y Bélgica explican que no averiguaron mucho sobre qué era lo que les tocaba. "Porque yo quiero que tú me digas, ¿hay dinero que pueda devolvernos la pérdida de un familiar?", precisó Filpo.
Un caso distinto
Escapar de las garras de la muerte es algo que pocos pueden contar. Y uno de ellos es Juan Vásquez, a quien dos horas de retraso le garantizaron la vida. Su reloj despertador estaba programado para sonar a las 4:00 de la madrugada del 12 de noviembre de 2001. Ese día viajaría a República Dominicana para encontrarse con sus tres hijos, en el pueblo de Boca Chica. "Empaqué el domingo 11 de noviembre, como a la medianoche. Estaba muy cansado y confié en el reloj, pero no sonó a la hora que lo había programado".
Lejos de sentirse presionado por el tiempo, lo tomó con calma. Se despidió de su esposa y llamó un taxi. Sabía que estaba retrasado para abordar el avión, pero no pidió al conductor que fuera más rápido. Creyó que tenía tiempo para abordar el vuelo, pero no se lo permitieron por las nuevas medidas después del atentado terrorista del 9/11.
Indicó que el personal de la aerolínea le explicó que después de los recientes atentados terroristas del 9/11, los vuelos eran cerrados una hora antes del despegue.
"Me pidieron que esperara por otro avión. Me quedé un poco molesto porque el vuelo salió con retraso". A las 9:13 de la mañana, el Airbus A-300 despegó con destino a República Dominicana y minutos después se precipitó en la calle 129 con Newport, en Queens. En ese momento, "volví a nacer. Si alguien me pregunta mi edad, yo digo que contaba con 10 años", agregó.
Vásquez, vive la vida con más arrojo desde el día en que se escapó de la muerte.
RECORDACIÓN EN EL PAÍS
Mientras que en Baní, los actos se realizan en el Monumento erigido en la zona sur de la ciudad por gestiones de Héctor Algarroba, cuyos padres Hipólito y Ubencia fallecieron en la tragedia.
Héctor, nacido en Baní, hace años que residía con sus padres en Nueva York, y al amanecer del 12 de septiembre de 2001, llevó a sus padres hasta el aeropuerto JFK y regresó a su casa. Mientras desayunaba vio por televisión la noticia de la caída y el incendio en tierra del avión. Se le heló la sangre y no quiso aceptar que sus padres abordaron ese avión, hasta que vio sus restos.


back to top